La pérdida de dientes influye en nuestro rostro y estética. Los dientes dan soporte a nuestros labios y su posición determina el aspecto de la sonrisa. Si perdemos un diente o varios y no lo reponemos, la boca se irá atrofiando, se perderá la encía y como consecuencia aparecerán arrugas prematuras que endurecen nuestro rostro.
Un implante mejora la estética dental. Es como si tuviéramos un diente de verdad. Es lo más parecido a nuestro propio diente.
La sonrisa desempeña un papel muy importante, nos da autoestima, seguridad.